martes, 3 de junio de 2008

La importancia de los detalles

Este fin de semana me fui de campamento a Hidalgo con algunos alumnos que salen este año de tercero de secundaria. Entre las actividades que se hicieron fueron una carta a sus padres y se les sugirió que le compraran algo a cada uno de su papás en el mercado o alguna tienda del pueblo (Huasca).
El más latoso de todos llegó el domingo por la mañana a decirme que ya le había comprado un regalo a su mamá y me lo mostró: era un pequeño cactus (un poco extraño por cierto, ya que tenía unas espinas muy raras). Me explicó que a su mamá le gustan las plantas y le pareció una buena idea llevárselo. Fue muy sorprendente y gratificante ver cómo desde ese momento cuidó el regalo, todo el tiempo lo trajo en la mano y se comportó excelentemente para que no le pasara nada. Así fue durante todo el trayecto de regreso en el camión y no permitió que sus compañeros le hicieran algo. De verdad que esto me emocionó mucho porque me di cuenta que quizá el cactus como tal parecería un detalle insignificante, pero estoy seguro que si su mamá hubiera visto todo esto lo apreciaría al doble.
Sólo espero que su mamá de verdad se haya sentido agradecida. Por mi parte le agradezco a mi alumno haberme hecho pensar y reflexionar con lo que hizo.

3 comentarios:

Hummingbird dijo...

No cabe duda, el amor transforma...

SPIN dijo...

es increible como es posible aprender, conocer y conocerse con pequeños detalles si uno está abierto y dspuesto.

Ingrid dijo...

Los seres humanos y nuestras diferentes facetas... ¡me encantan! Por eso no hay que dar nada por hecho.